
mujeres invisibles
entrealiHadas
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La chica de la película nunca envejece.
Porque la chica de la película ha de funcionar como reflejo del héroe de la película.
Y el héroe siempre es él.
Desde que Tom Cruise cumplió 35 años las chicas de sus películas dejaron de cumplir años.
Él siguió haciéndose mayor y para mantener su atractivo las chicas debieron conservar la juventud.
Ahora él tiene 55 años y la chica de la película siempre treinta.
Él puede seguir interpretando a hombres tremendamente conquistadores y las que hacían de sus esposas y novias en los ochenta ya no hacen películas.
No existen.
Porque la chica de la película dura lo que dura las ganas de echarle un polvo.
El cine, las historias, los relatos, la publicidad, nos acostumbran la realidad, la construyen y capturan fotos fijas en el imaginario común.
Y esta foto es una basura por muy bien hecha que esté.
Lo es porque, además de ser machista, invisibiliza los sentires y querencias de más de la mitad de la humanidad.
Pero además es triste.
Porque confirma que al tío no le importa la chica de la película.
Porque los tíos solo necesitan a las chicas para parecer más valientes, más masculinos, más poderosos.
Para competir con otros tíos y demostrar qué chicas son capaces de poseer.
Porque la chica de la película es un trofeo sin voluntad.
Y eso es lo contrario al afecto por mucho romanticismo que nos quieran vender.
La chica de la película nunca envejece porque follarse viejas es fácil.
Porque nos hacen creer que las viejas, una vez desposeídas de la juventud que es lo único que las hacía deseables, están desesperadas y salidas y son seres ridículos.
Porque nadie nos dice qué siente la chica de la película cuando cumple cuarenta.
Esa es nuestra gran deuda con la humanidad.
Nuestra auténtica responsabilidad.
Luchar para que la chica de la película se convierta en la mujer de su película.
Demostrarle al sistema que está muy equivocado.
Que cumplir años no puede ser sinónimo de debilidad sino de fortaleza.
Que la maravilla es seguir aquí para poder contarlo.
Y que no hay nada más bonito que haber resistido.
A las ausencias y a los accidentes y a las rupturas y al despacito.
Que las arrugas son los verdaderos trofeos.
Y que si la chica de la película nunca se arrugó es porque la hicieron desaparecer después del The End.
Pero sus sueños persistieron.
Porque si hay algo indomable son los sueños.
Y las mujeres que sueñan y comparten sus sueños.
Convierten en imparable las vidas.
De aquellas heroínas que se negaron a seguir siendo.
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